sábado, 13 de octubre de 2012

LA PÉRDIDA DE LA BIODIVERSIDAD


LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD

Jeanette Aldán Cano 
Introducción

A principios de la década de los noventas, las autoridades y sociedades de distintas naciones comenzaron a notar que algunas de las especies animales y/o vegetales predominantes en sus localidades se extinguían o disminuían en número de población poco a poco. Ese fenómeno hoy es conocido como pérdida de la biodiversidad.

El artículo segundo del Acuerdo sobre la Diversidad Biológica define el término biodiversidad como la variabilidad de ecosistemas, especies y diversidad genética que hay en el planeta o en una región específica (Conabio, 2010). El 70 por ciento de esa riqueza natural se concentra en 17 naciones catalogadas como megadiversas: Bolivia, Brasil, China, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Filipinas, India, Indonesia, Kenia, Madagascar, Malasia, México, Perú, Congo, Sudáfrica y Venezuela, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. (PNUMA, 2005).

Importancia de la biodiversidad

La importancia de la biodiversidad va más allá de aportar belleza paisajística a un lugar. Sus dos principales valores son: los bienes esenciales que provee a los seres humanos y los servicios fundamentales que desempeña (Daily, Alexander y Ehrlich, 1997).

La vida del hombre sería prácticamente imposible sin los bienes que obtiene de la naturaleza: alimentos, productos farmacéuticos, combustible e instrumentos para el control de plagas, las cuales pueden afectar los cultivos o representar un riesgo sanitario para las personas. Asimismo, los servicios que brindan la diversidad de especies son básicos para el sano funcionamiento del planeta, entre ellos destacan: la purificación del aire y agua, la descomposición de residuos, la regulación del clima y la regeneración de la fertilidad del suelo.

En un ecosistema todos los animales y vegetales cumplen una función: productores, descomponedores o depredadores. Debido a esa interrelación la ausencia de una especie significa, más que una simple pérdida ambiental, una amenaza para la supervivencia del resto, incluso del mismo hombre. Por tanto, una disminución de la riqueza de especies genera un decremento general en los niveles de funcionamiento de los ecosistemas.

Sin embargo, pocas personas son conscientes de los servicios fundamentales que brinda la naturaleza. Eso ha dado pie a políticas de desarrollo económico insustentables, las cuales permiten la invasión de ciertos ecosistemas excusándose en beneficios lucrativos para la sociedad.

Disminución de la riqueza biológica

El Acuerdo sobre Diversidad Biológica señala que el ritmo actual de disminución en la abundancia de especies en todo el mundo representa una pérdida grave y permanente de la biodiversidad de los ecosistemas tropicales

La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza indica que, hasta 2009, el 36% de todas las especies animales y vegetales del mundo se encontraban amenazadas y de ellas un 7% se encuentra en estado crítico  (Secretaría del Convenio sobre Diversidad Biológica, 2010). Entre los cambios más drásticos de 1970 a la fecha se señala una reducción del 42% de las especies de anfibios, del 40% de las aves, del 31% de los vertebrados y de 23% de las especies vegetales.

Los tipos de aves y mamíferos utilizados para la alimentación y la industria farmacéutica tienen el mayor riesgo de extinción.

Causas de la pérdida de biodiversidad

La reducción de la biodiversidad es causada por diferentes factores que pueden englobarse en cuatro categorías: modificación y destrucción de hábitats, sobrexplotación, invasión de especies no nativas introducidas de manera intencional o accidental, y cambio climático (Naeem, Costanza y Ehrlich, 1999).

La destrucción de los hábitats para establecer unidades productivas, ciudades y otros centros de actividad humana es el principal factor de la distinción de la biodiversidad. Por otra parte, los seres humanos se han asentado cerca de los ríos, lagos y líneas costeras para satisfacer sus necesidades de agua (bebida, riego, uso doméstico, pesca, etc.). Pero también han usado esos cuerpos hídricos para tirar y diluir sus desechos, lo cual sobrecarga su capacidad de autodepuración.

Esa situación, aunada al uso de fertilizantes para las actividades agrícolas cuyos compuestos se filtran a través de los mantos freáticos, provoca un excesivo ingreso de nitrógeno y fósforo a los ecosistemas. La abundancia de ambos elementos provoca una proliferación de algas que en zonas de arrecifes tapiza los corales impidiéndoles crecer y en algunos casos provocando su muerte. Cuando esos organismos perecen, las bacterias descomponedoras proliferan y degradan la materia orgánica, la cual consume parte del oxígeno disuelto en el agua, ocasionando la muerte de peces.

Otros factores que repercuten de manera negativa en la biodiversidad son las alteraciones de los ciclos del agua y el nitrógeno, provocados en su mayoría por la actividad humana. El calentamiento global ha generado cambios en el ciclo hidrológico, pues las temperaturas más cálidas incrementan los volúmenes de agua que se evapora desde las plantas, los suelos y los cuerpos hídricos, dando pie a una mayor formación de vapor de agua (un gas de efecto invernadero) (Jackson, Carpenter y Dahm, 2001). La alta concentración de este gas en la atmósfera provoca precipitaciones más intensas que traen consigo fenómenos hidrológicos como las inundaciones, los cuales pueden afectar el crecimiento de las plantas.

En el caso del ciclo del nitrógeno, la causa principal de las alteraciones es el uso excesivo de fertilizantes que ha duplicado la transferencia anual de este componente en el suelo, provocando desajustes entre la población vegetal del lugar (Vitousek, Aber y Howarth, 1997). Y es que las especies están acostumbradas a cierta cantidad de nitrógeno, por eso un aumento de su presencia provoca que los organismos con mayor tolerancia a los cambios comiencen a desplacen al resto.

Los "hotspots"

Un claro ejemplo de la pérdida de la biodiversidad a nivel mundial son los puntos calientes o "hotspots", regiones con por lo menos mil 500 especies endémicas (0.5% del total de especies que hay en el mundo) que han perdido un 70% de su extensión original.

Según la organización Conservación Internacional (2007), encargada de detectar los hotspots que hay en todo el mundo y trabajar en pro de su conservación, existen 34 de estos sitios, divididos en 5 regiones. En Norte y Centroamérica hay cuatro sitios con ésta denominación: las Islas del Caribe, los bosques madreanos de pino y encinos, la Provincia Florística de California y la región de Mesoamérica. Los tres últimos abarcan una parte del territorio mexicano (Conservation International 2, 2007).

En Sudamérica hay 5 hotspots: la sabana tropical de Cerrado, el Bosque Tumbesino–Chocoaco–Magdalénico, los Andes Tropicales, la isla de Chile Central y la selva Mata Atlántica. La zona de Asia–Pacífico tiene una cantidad mayor de puntos calientes: las islas de Melanesia Oriental, el Himalaya, Japón, la región Indo – Birmania, las montañas del Suroccidente de China, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Filipinas, las islas Polinesia y Micronesia, el suroccidente de Australia, las islas de la Sonda, la región de Wallacea y el área de los Ghats occidentales y Sri Lanka.

En Asia Central y Europa se encuentran la Cuenca del Mediterráneo, y las montañas Cáucaso, Asia Central e Irano – Anatolia. Mientras que en África están la región florística del Cabo, los bosques costeros de África Oriental, el desierto y sabana de Karoo suculento, la región de Maputalandia–Pondolandia–Albania, Madagascar y las islas del Océano Índico, las afromontañas orientales, los bosques guineanos de África Occidental y la región del Cuerno de África.

En estos ecosistemas viven alrededor del 50% de todas las plantas vasculares del planeta, 42% de los vertebrados terrestres y 75% de las aves y anfibios más amenazados.

Conclusión

En el 2002 los países líderes acordaron disminuir de manera significativa la pérdida de la biodiversidad, promoviendo la conservación de los ecosistemas y el consumo sostenible, controlando las amenazas de especies exóticas invasoras y reduciendo los efectos del cambio climático. Durante un nuevo encuentro en 2010, tras revisar las estadísticas de cada región, los representantes de estas naciones reconocieron que no habían alcanzado la meta establecida 8 años atrás. Ahora, el deterioro, y por tanto el reto a superar, es mayor. Los cambios ya son irreversibles y la única alternativa viable es que cada sociedad, pero sobre todo cada individuo, emprenda acciones para frenarlos.

Los convenios entre los diferentes gobiernos y la promulgación de legislaciones nacionales en pro del medio ambiente serán inútiles sino se vigila su cumplimiento ni se apuesta por un verdadero desarrollo sostenible, donde los ciudadanos se comprometan a modificar sus hábitos.

No contaminar ni destruir las zonas de humedales, disminuir la cantidad de fertilizantes que se vierten al suelo y consumir de manera responsable los recursos naturales, son sólo algunos ejemplos de las acciones que cada quien puede llevar a cabo para preservar la biodiversidad de nuestro país y del resto del mundo.

Fuentes consultadas

Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). (2010).  ¿Qué es la biodiversidad?. Fecha de consulta: 10 de marzo de 2012. URL:  http://www.biodiversidad.gob.mx/biodiversidad/que_es.html

Conservation International. (2007). Hotspots science. Fecha de consulta: 14 de marzo de 2012. URL: http://www.biodiversityhotspots.org/xp/Hotspots/hotspotsScience/Pages/default.aspx

Conservation International (2007b). Hotspots by region. Fecha de consulta: 14 de marzo de 2012. URL: http://www.biodiversityhotspots.org/xp/Hotspots/hotspots_by_region/Pages/default.aspx

Daily, G., S. Alexander y P. R.  Ehrlich. (1997). Servicios de los ecosistemas: beneficios que la sociedad recibe de los ecosistemas naturales. Tópicos en Ecología. Publicación especial de la Ecological Society of America.

Jackson, R. B., S. R. Carpenter y C. N. Dahm. (2001). Agua en un mundo cambiante. Tópicos en Ecología. Publicación especial de la Ecological Society of America.

Naeem, S., R. Costanza y P. R. Ehrlich. (1999). La biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas: manteniendo los procesos naturales que sustentan la vida. Tópicos en Ecología. Publicación especial de la Ecological Society of America.

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Oficina Regional para América Latina y el Caribe. (2005). Grupo de Países Megadiversos Afines. Fecha de consulta: 10 de marzo de 2012. URL: http://www.pnuma.org/deramb/GroupofLikeMindedMegadiverseCountries.php

Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica. (2010). Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 3. Fecha de consulta: 12 de marzo de 2012. URL: http://www.pnuma.org/deat1/pdf/GBO3-final-es.pdf

Vitousek, P. M., J. Aber y R. Howarth. (1997). Alteración antropogénica del ciclo global del nitrógeno: causas y consecuencias. Tópicos en Ecología. Publicación especial de la Ecological Society of America.




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